domingo, 23 de agosto de 2015

Un poema de Ricardo Rubio


LA RAZÓN ES CIEGA CUANDO SE AGITA UN PRISMA

Cualquier palabra no es tu palabra;
no es tuya la voz del niño
     con garganta de trueno,
ni el color del tulipán, ni la brisa del sur.
Ese escudo no te cubre del temor,
esa cota no impide el paso de las flechas.

A veces, la luz se dispersa
     para dejar un hueco confuso
     en el ojo de los hombres.

Cuando los bosques en tierras aún indecibles
     no imaginaban su follaje,
cuando el sol era un punto
     con todos los puntos encendidos,
cuando los astros eran fragmentos
     de un único astro incomprensible y loco,
y la molécula vibraba en la insistencia,
     el escriba ya era parte de un recuerdo
     en la materia,
y aunque sus ojos no atinaban ni el espíritu
     ni el hueso, ni el calor, ni la intemperie,
en su inercia la vida planeaba la risa de la pasión
     y el cuarto oscuro de la ciencia.

Luego un hombre entrevió el roce, la fisura,
el músculo partido
     por la simple disolución de la franqueza. 

Y gimió.



Poema leído por Ricardo Rubio en el café Montserrat en ocasión de la presentación
de la antología Poesía de La Matanza, 1970-2015 el viernes 21 de agosto
.


 
Ricardo Rubio lee en el Suteba Matanza.


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