miércoles, 22 de julio de 2015

Lectura de taller: un poema de Antonio Cisneros




LAS SALINAS
Yo nunca vi la nieve y sin embargo he vivido entre la
        nieve toda mi juventud.
En las Salinas, adonde el mar no terminaba nunca y las
        olas eran dunas de sal.
En las Salinas, adonde el mar no moja pero pinta.
Nieve de mi juventud prometedora como un árbol de
        mango.
Veinte varas de sal para cada familia de cristianos. Y aún
        más.
Sal que los arrieros nos cambiaban por el agua de lluvia.
        Y aún más.
Ni sólidos ni líquidos los blanquísimos bordes de ese
        mar.
Bajo el sol de febrero destellaban más que el flanco de
        plata del lenguado. (Y quemaban las niñas de los
        ojos.)
A veces las mareas --hora del sol, hora de la luna-- se      
        alzaban como lomos de caballo.
Más siempre se volvían.
Hasta que un mal verano y un invierno las aguas
        afincaron para tiempos
y ni rezos ni llantos pudieron apartarlas de los campos
        de sal.
Y el mar levantó techo.
Ahora que ya enterré a mi padre y a mi hermano mayor
        y mis hijos están prontos a enterrarme,
han vuelto las Salinas altas y deslumbrantes bajo el sol.
Hay también unas grúas y unas torres que separan los
        ácidos del cloro. (Ya nada es del común.)
Y yo salgo muy poco pero Luis --el hijo de Julián-- me
        cuenta que los perros no dejan acercarse.
Si parece mentira.
Mala leche tuvieron los hijos de los hijos de la sal.
Puta madre.
Qué de perros habrá para cuidar los blanquísimos
campos donde el mar no termina y la tierra tampoco.
Qué de perros, Señor, qué oscuridad.



Antonio Cisneros nació en Lima, Perú, en 1942. Es autor de importantes
libros, como Canto ceremonial contra un oso hormiguero (1968), Agua
que no has de beber (1971) y Crónica del Niño Jesús de Chilca (1981), al
que pertenece este poema, entre otros. Ejerció la docencia en su país y en
Inglaterra. Falleció en su ciudad natal en octubre de 2012.

La Matanza: Tres poemas antológicos



Lucina Alvarez

 
UN FAVOR A LA POESÍA

Poetas, cantores
deshollinadores de la vieja memoria
rumiadores celestes de palabras
caballeros andantes de la melancolía
buceadores de la magia
filatelistas de la ceniza
lamas de los papelitos
amigos míos

no vayamos a olvidarnos de la luz
que no está allá arriba ni tan lejos
sino aquí
por estos lados


Lucina Alvarez fue docente de la Escuela de Estética Nº 1 de Ramos Mejía, que desde 2012 
lleva su nombre. Fue desaparecida por la dictadura en mayo de 1976.





Jesús Martínez


EL DULCE

Si no hubiera sido por el dulce
yo me hubiese quedado siempre en casa.
Pero ahora, como ven, tengo dos mujeres,
una me difama y la otra me regaña,
por no hablar de la tercera, la más dura.
El dulce siempre me empujó adonde no debía
como una droga o un imán de mala suerte.
Mi hija menor ayer volvió a decirme:
“Papá, cómo nunca pensaste en lo que hacías”.
Si no hubiera sido por el dulce
yo me hubiese ahorrado mil problemas.
Ahora quedé como encerrado y no puedo
                                                 /ni moverme.
El dulce es la trampera de la vida.
Ella sabe siempre lo que hace. Yo no pude.


De la plaqueta Tres canciones (1987)





Carlos Carbone


JAQUE MATE

                           a Mariano Carbone

Papá siempre me ganaba al ajedrez.

Un día hicimos tablas, otro día le di jaque mate
y nunca más pudo ganarme.

Papá se estaba poniendo viejo.

Ese día lloré. 




De Áspid (2011)

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martes, 21 de julio de 2015

Eduardo Dalter en el Festival Internacional de Poesía de Medellín

Exitosa presentación de Eduardo Dalter en el acto de Clausura
del Festival Internacional de Poesía de Medellín,
el sábado 18 de julio en la Plaza de los Pies Descalzos.